Relato sobre Punta de Choros


RELATO PUNTA DE CHOROS

Don Guido Bolbarán Rojas, es un habitante de Punta de Choros, se siente muy a gusto, por ser él un guardián de la cultura de este Pueblo, a pesar haber vivido en Coquimbo, se siente un gran “ puntano”.

El tío” Dogui”, como le llaman amistosamente los demás pobladores. Se vino de Coquimbo en el año 1979, para radicarse en Punta de Choros.

A dedicado parte de su vida a rescatar la cultura de esta localidad; ya que al ver que algunos pobladores al encontrarse antigüedades como punta de flechas, bajillas, pinzas, entre otras; las comercializaban en el llamado mercado negro. Eso fue una de las mayores motivaciones para hacer esta gran obra que beneficia al pueblo.

Nos contó que los primeros habitantes de estas costas fueron los changos; antiguos pobladores que vivían de la caza y la pesca. Se han encontrado restos de la cultura de los changos, en grandes cementerios; uno cerca del cerro de la virgen, otro en la caleta, donde actualmente se encuentran las oficinas de CONAF.

También estas costas fueron refugio de piratas que surcaron por los mares de La Serena y Coquimbo, encontrando en las islas Los Choros y Dama un refugio para sus embarcaciones.

La casa de don Guido es un interesante museo creativo, donde se puede encontrar una colección de puntas de flechas, fotografías, restos de animales marinos que ha encontrado muertos en la orilla de la playa, convirtiéndolos en toda una obra de arte.

Según su pensamiento, el turismo les trajo un beneficio, permitiéndoles proteger y cuidar la naturaleza, pero por sobre todo les impide bajar hasta el fondo del mar arriesgando sus vidas.

Dice don Guido que la isla Los Choros y Dama, tienen espléndidas formas que a simple vista no pueden ser apreciadas fácilmente.

La isla Dama al mirarla desde una vista aérea, toma una forma mitológica con cuerpo de mujer, una cola de pescado y alas que dan una figura sorprendente.

La Isla de Choros, tiene forma de un joven indio americano mirando el cielo, con un capacho en su cabeza y un tambor en sus pies, este se ve de perfil desde el continente.

Cada uno de nosotros puede contribuir a esta obra, el rescatar la antigua cultura de nuestro pueblo, de esta manera seremos verdaderamente hombres con identidad.