La dama y El Diablo

LA DAMA Y EL DIABLO

Mi abuelo cuenta que cuando joven solía jugar a la pelota con sus amigos, realizaban grandes encuentros con diversos clubes deportivos de la comuna, a los invitados se les atendía con almuerzo, onces para los mas pequeños y después de finalizado el partido iban todos al baile de recibimiento. Cuenta que un día llegó a mirar el partido un hombre muy elegante, de traje oscuro y zapatos negros como la noche, se acercó hasta donde estaba un grupo de amigos y comenzó a platicar con todos, su lengua era tan envolvente que cualquier tema parecía interesante, los hombres quedaron maravillados con aquel forastero, le invitaron cerveza, cigarrillos e incluso le pidieron que los acompañara al recibimiento que se realizaría en el teatro. El forastero aceptó la invitación pero aseguró que nunca había estado en una fiesta, los hombres insistieron en que sería una buena oportunidad para que compartiera las tradiciones del pueblo. Una vez comenzado el baile, inmediatamente sacó a bailar a una hermosa muchacha, quien sorprendida con la invitación, aceptó la propuesta de a que vuelta su mirada para apreciar la hermosa visita. Todos se sorprendieron en un instante, pero luego continuaron bailando y celebrando sin darle mayor importancia, en ese momento el apuesto galán de la noche, caminó hasta donde estaba la mujer y le invitó una pieza de baile, él suponía que la joven aceptaría tan pronto como cae un fruto maduro o una flor marchita, la respuesta entonces fue negativa ¡No bailo con extraños! añadió la muchacha, el hombre solo sonrió, se dio la media vuelta y volvió con sus amigos. Después de un largo tiempo de espera, el forastero pidió a uno de sus compañeros, llevarle una bebida en su nombre a la difícil mujer, esta vez la respuesta fue la misma ¡ No acepto cosas de hombres que no conozco!.

El galán había pasado ya un par de horas insistiendo pero la respuesta siempre era negativa, en eso se le ocurre una idea bastante extraña, pidió al joven que había llevado la bebida, por favor sacar a bailar a la muchacha, él casi corriendo salió a invitarla, la mujer al escuchar al joven sonrió y aceptó de inmediato. Mientras la pareja bailaba, entró al teatro un aire tibio, formando pequeños remolinos en medio de la pista de baile, todas las personas comenzaron a moverse de un lado para otro, cuando de repente después de todo el albedrío, la hermosa mujer que bailaba justo en medio de la pista, como por encanto quedó bailando completamente desnuda. Todos los asistentes comenzaron a murmurar pero ni ella ni el joven se daban cuenta de lo que estaba pasando, de pronto una mujer se levanta desde su silla y cubrió a la joven con un gran abrigo negro, el misterioso hombre solo bebía dando la espalda desde el mostrador. La dama sacó a la impresionada joven para llevarla fuera del baile, en ese momento su compañero de baile reaccionó y salió corriendo para saber que había pasado. Al darse cuenta que la muchacha estaba desnuda, recordó a su amigo y corriendo entró al teatro para comunicarle lo sucedido, buscó por todos lados pero no encontró nada, preguntó a las personas y éstas le dijeron que estaba en el mostrador, al llegar hasta el lugar no había nadie solo una moneda de oro que giraba y giraba, el muchacho asombrado tomó la moneda y la apretó fuertemente. En ese minuto mientras sostenía la moneda, se dio cuenta que el hombre con quien había compartido toda la noche y había cortejado y desnudado a la mujer, era el conocido y nombrado Diablo que una vez mas había llegado al pueblo para hacer una de sus extrañas bromas.

Anónimo